Background
The transition from the home to college is a phase in which emerging adults shift toward more unhealthy eating and physical activity patterns, higher body mass indices, thus increasing risk of overweight/obesity. Currently, little is understood about how changing friendship networks shape weight gain behaviors. This paper describes the recruitment, data collection, and data analytic protocols for the SPARC (Social impact of Physical Activity and nutRition in College) study, a longitudinal examination of the mechanisms by which friends and friendship networks influence nutrition and physical activity behaviors and weight gain in the transition to college life.
Methods
The SPARC study aims to follow 1450 university freshmen from a large university over an academic year, collecting data on multiple aspects of friends and friendship networks. Integrating multiple types of data related to student lives, ecological momentary assessments (EMAs) are administered via a cell phone application, devilSPARC. EMAs collected in four 1-week periods (a total of 4 EMA waves) are integrated with linked data from web-based surveys and anthropometric measurements conducted at four times points (for a total of eight data collection periods including EMAs, separated by ~1 month). University databases will provide student card data, allowing integration of both time-dated data on food purchasing, use of physical activity venues, and geographical information system (GIS) locations of these activities relative to other students in their social networks.
Discussion
Findings are intended to guide the development of more effective interventions to enhance behaviors among college students that protect against weight gain during college.
The impact of undergraduate research experiences (UREs) is supported by evidence from physical and life science fields, especially when student-apprentices work in traditional laboratories. Within social sciences specifically, some excellent student outcomes associated with UREs adhere to non–lab-based modalities like course-based research experiences (CUREs). Here, the authors evaluate the laboratory-based undergraduate research experiences (LUREs) as a potentially valuable approach for incorporating social science undergraduates in research. Using comparative analysis of survey data from students completing three types of social science-based UREs (n = 235), individual research experiences (IREs), CUREs, or LUREs, students perceived gains overall regardless of the type of experience, with some indication that LUREs are the most effective.
U.S. border colonias, otherwise known as Disadvantaged Unincorporated Communities, are rural settlements along the U.S. Mexico border with substandard housing conditions. Colonia residents often face inadequate access to necessities such as appropriate shelter, septic and sewer systems, and potable water. Water insecurity in colonias poses a particularly difficult challenge for residents who require clean water not only for consumption, but also household use in sanitation and hygienic practices. As of 2015, an estimated 30% of over five million US colonia residents lack access to clean drinking water, resulting in health complications and unsanitary living conditions. Preliminary health data collected indicates that due to water insecurity, colonia residents are more likely to contract gastrointestinal disease, be exposed to carcinogenic compounds from contaminated water, and experience psychosocial distress. Yet more comprehensive research needs to be conducted to understand the full breadth of the public health issue. A scoping review on water insecurity in colonias has not been completed before and could be beneficial in informing policymakers and other stakeholders on the severity of the situation while advising possible solutions.
In the face of the coronavirus (COVID-19) pandemic, food assistance programs adapted quickly and in unprecedented ways to meet the challenges of high unemployment, disruptions in the food supply, and school closures. Supported by US Department of Agriculture’s COVID-19 program-specific waivers, some programs relaxed their eligibility criteria, while others improvised on delivery modalities or temporarily increased benefits.1 To examine food assistance program participation and participant experiences during the first few months of the pandemic, we collected online survey data in July 2020 from a sample of over 1,500 U.S. households, representative of the US population. This brief summarizes participation in key food assistance programs, namely, the Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP), the Special Supplemental Program for Women Infants and Children (WIC), School Food Programs, as well as emergency food assistance provided through Food Pantries.
En la zona metropolitana de Phoenix, el calor urbano está afectando la salud, la seguridad y la economía y se espera que estos impactos empeoren con el tiempo. Se prevé que el número de días por encima de 110˚F aumentará más del doble para el 2060. En mayo de 2017, The Nature Conservancy, el Departamento de Salud Pública del condado de Maricopa, Central Arizona Conservation Alliance, la Red de Investigación en Sostenibilidad sobre la Resiliencia Urbana a Eventos Extremos, el Centro de Investigación del Clima Urbano de Arizona State University y el Center for Whole Communities lanzaron un proceso participativo de planificación de acciones contra el calor para identificar tanto estrategias de mitigación como de adaptación a fin de reducir directamente el calor y mejorar la capacidad de los residentes para lidiar con el calor. Las organizaciones comunitarias con relaciones existentes en tres vecindarios seleccionados para la planificación de acciones contra el calor se unieron más tarde al equipo del proyecto: Phoenix Revitalization Corporation, RAILMesa y Puente Movement. Más allá de construir un plan de acción comunitario contra el calor y completar proyectos de demostración, este proceso participativo fue diseñado para desarrollar conciencia, iniciativa y cohesión social en las comunidades subrepresentadas. Asimismo el proceso de planificación de acciones contra el calor fue diseñado para servir como modelo para esfuerzos futuros de resiliencia al calor y crear una visión local, contextual y culturalmente apropiada de un futuro más seguro y saludable. El método iterativo de planificación y participación utilizado por el equipo del proyecto fortaleció las relaciones dentro y entre los vecindarios, las organizaciones comunitarias, los responsables de la toma de decisiones y el equipo núcleo, y combinó la sabiduría de la narración de historias y la evidencia científica para comprender mejor los desafíos actuales y futuros que enfrentan los residentes durante eventos de calor extremo. Como resultado de tres talleres en cada comunidad, los residentes presentaron ideas que quieren ver implementadas para aumentar su comodidad y seguridad térmica durante los días de calor extremo.
Como se muestra a continuación, las ideas de los residentes se interceptaron en torno a conceptos similares, pero las soluciones específicas variaron entre los vecindarios. Por ejemplo, a todos los vecindarios les gustaría agregar sombra a sus corredores peatonales, pero variaron las preferencias para la ubicación de las mejoras para dar sombra. Algunos vecindarios priorizaron las rutas de transporte público, otros priorizaron las rutas utilizadas por los niños en su camino a la escuela y otros quieren paradas de descanso con sombra en lugares clave. Surgieron cuatro temas estratégicos generales en los tres vecindarios: promover y educar; mejorar la comodidad/capacidad de afrontamiento; mejorar la seguridad; fortalecer la capacidad. Estos temas señalan que existen serios desafíos de seguridad contra el calor en la vida diaria de los residentes y que la comunidad, los negocios y los sectores responsables de la toma de decisión deben abordar esos desafíos.
Los elementos del plan de acción contra el calor están diseñados para incorporarse a otros esfuerzos para aliviar el calor, crear ciudades resilientes al clima y brindar salud y seguridad pública. Los socios de implementación del plan de acción contra el calor provienen de la región de la zona metropolitana de Phoenix, y se brindan recomendaciones para apoyar la transformación a una ciudad más fresca.
Para ampliar la escala de este enfoque, los miembros del equipo del proyecto recomiendan a) compromiso continuo e inversiones en estos vecindarios para implementar el cambio señalado como vital por los residentes, b) repetir el proceso de planificación de acción contra el calor con líderes comunitarios en otros vecindarios, y c) trabajar con las ciudades, los planificadores urbanos y otras partes interesadas para institucionalizar este proceso, apoyando las políticas y el uso de las métricas propuestas para crear comunidades más frescas.